Existe una probabilidad de que un pedazo de la Antártica se vaya al agua

El fisíco explica que los científicos civiles y militares tomarán muestras para predecir el comportamiento de los glaciares... Puede haber un "efecto más o menos cataclísmico

 

Cumpliendo un sueño. En eso está Claudio Teitelboim, doctor en Física y Premio Nacional de Ciencias 1995, quien hoy inició, junto a otros 12 científicos y militares, un riguroso entrenamiento que lo llevará nada menos que al Polo Sur y por tierra... por nieve para ser más precisos.

La expedición, con un costo cercano a los US$ 2 millones, comenzará a fin de año en Patriot Hills (Antártica), desde donde iniciarán la travesía de 1.084 kilómetros hasta el Polo Sur, para luego volver al punto de origen, en diciembre. Se trata de una empresa "de clase internacional, de primera línea, hecha por un país muy pequeño. El interés científico es enorme pero, de alguna manera, esta expedición es un modo de hacer Patria en el sentido más grande. Le da a Chile un sueño", dice pensando cuidadosamente las palabras que pronuncia, aunque sin perder la emoción.

Teitelboim fundó en 1984 el Centro de Estudios Científicos de Santiago (CECS) y durante el 2000 lo trasladó con camas y petacas a Valdivia, decisión cuyos frutos ya están a la vista: "Con las Fuerzas Armadas y el Ministerio de Defensa hemos materializado, en menos de un año, una expedición aerotransportada, terrestre y de observación aérea con un tipo de colaboración absolutamente inédito de culturas civiles y militares". Transferencia de conocimientos y estilos que "nos transforma tanto a nosotros, los científicos, como a los militares, y eso contribuye a la construcción de la República".

Rompiendo barreras

Este científico de ojos claros y mirada escurridiza, hijo del otrora líder comunista Volodia Teitelboim, piensa en grande y sabe que un país pequeño como Chile está haciendo aportes gigantescos al mundo en materia de glaciología. ¿Y qué importa eso? Más de lo que se puede pensar, pues esta expedición traerá respuestas de enorme valor para conocer el comportamiento de la Antártica y su influencia sobre el clima, la temperatura de los océanos y el acelerado ascenso del nivel del mar.

Y sin dudar, asegura que "esta expedición no es un hito en la historia científica de Chile, es un hito en la historia de Chile".

- ¿Cómo se logra en trabajo conjunto entre científicos y militares?

- Es muy fácil una vez que se pierden los prejuicios de entrada de lado y lado.

Cuenta que en el CECS "tenemos a oficiales de Ejército en servicio activo como investigadores. Los primeros días el resto de la gente del Centro no entendía mucho lo que pasaba, pero ya es absolutamente natural. Esto crea un país natural, donde estas barreras se rompen".

- ¿Qué ha aprendido con esta experiencia?

- Hemos aprendido mucho de los militares, en cuanto al rigor en ciertas formas de trabajo, a dedicación a la tarea absoluta. Y creo que ellos también han aprendido de nosotros cierta flexibilidad en la manera de presentar los desafíos. Cierta irreverencia que no es incompatible con el respeto.

¿Cataclismo antártico?

- ¿Qué busca esta expedición?

- El gran problema es el cambio climático, que es un problema del planeta entero. Ahora, la Antártica, dentro de ese problema, tiene una importancia central, por dos razones: es muy sensible a los cambios climáticos, ya que es un continente extremo que está hecho de un solo material. Y es un causal potencial de grandes cambios climáticos. O sea, es testigo y es actor.

- ¿Es decir?

- El grado de inestabilidad de la Antártica es bastante mayor de lo que se pensaba. Existe una probabilidad no menor de que un pedazo grande de la Antártica se vaya al agua y si eso pasa, hay un efecto más o menos cataclísmico: representa un cambio de temperatura y un levantamiento del nivel del mar, etc..

- ¿Cómo será la expedición terrestre?

- Es un tren mecanizado remolcado por un tractor que tiene instrumentos para determinar los cambios de clima de los últimos 200 años. Para ver cómo el hielo ha ido cambiando y cuán aguda puede ser la inestabilidad. Esto se hace con un radar, sin sacar muestras.

- ¿También extraerán muestras?

- Sí. En el viaje de regreso sacaremos muestras de 50 metros de profundidad, que son como 200 años, cada un grado de latitud, es decir, cada 100 m.

- ¿Eso va a permitir hacer proyecciones futuras?

- Exactamente. Uno recoge datos de cómo ha evolucionado el asunto hasta ahora y es necesario crear un modelo matemático. Y la combinación de los datos con el modelo te permiten hacer predicciones.

"Hemos entrado a un club exclusivo de países"

- ¿Cómo está posicionado Chile en el mundo en este tipo de estudios?

- Estamos en la primera línea y eso se puede demostrar no por cosas abstractas, sino que porque nuestra gente es llamada a formar parte de los comités que planean el año polar internacional. Hemos entrado a una especie de club bastante exclusivo de países que fijan la línea de las investigaciones futuras. La expedición al Mar de Amundsen (realizada hace dos años con la Armada) era considerada, según los grandes países, como imposible. Después de que la hicimos, el National Science Foundation y el British Antarctic Survey este año van a hacer una gran expedición allá, con nuestras mismas técnicas.

- ¿Quiénes van a integrar la expedición al Polo Sur?

- Seis científicos del CECS (uno es él mismo) un logístico en alimentación y seis especialistas del Ejército.

- ¿Cuál es el costo económico?

- Menor a los US$ 2 millones, un quinto de lo que costaría en EE.UU. Como Centro tenemos el financiamiento de la Fundación Andes, que es muy importante. El Ejército y el Ministerio de Defensa han hecho otra inversión similar, al mandar a construir este tractor que servirá para muchas cosas. Y la FACh ha puesto una enorme cantidad de material a nuestra disposición.

 

 

 

 

 

 

 

 

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