Expedición científica chilena cumplió su misión en el Polo Sur

Tras alcanzar sus objetivos, el grupo formado por expertos civiles y militares espera retornar a la ciudad de Punta Arenas el próximo día 7 de enero.

 

Después de permanecer casi dos meses en territorio antártico, pasadas las 16:00 horas del viernes 31 de diciembre, la expedición científica chilena, integrada por militares y civiles, culminó con éxito sus actividades.

Según un comunicado difundido este sábado por el Ejército, el grupo regresó al punto inicial de marcha, ubicado en la explanada de Patriot Hills, distante a 1.400 kilómetros al sur de Punta Arenas.

Esta expedición es un proyecto coordinado por el Ministerio de Defensa, con participación del Ejército, del Centro de Estudios Científicos y la Fuerza Aérea de Chile.

La travesía se inició el pasado 4 de noviembre desde Punta Arenas hacia la Estación “Teniente Parodi”, en el sector de Patriot Hills, desde donde el grupo expedicionario inició su marcha hacia el Polo Sur, el 13 de noviembre, desarrollando actividades científicas y arribando a dicho punto el 30 de noviembre.

Tras unos días de descanso, el grupo emprendió el regreso por una trayectoria diferente, con el propósito de continuar sus actividades profesionales, siendo monitoreados constantemente en una estación que, con dicho propósito, permaneció en Patriot Hills.

Actualmente, los expedicionarios se encuentran desarrollando las actividades para su redespliegue, estimándose su regreso a la ciudad de Punta Arenas para el próximo viernes 7 de enero.

En su marcha hacia el Polo y de regreso a Patriot Hills, el grupo de militares y científicos, liderado por teniente coronel Lorenzo Urrutia Dublé, jefe de la expedición, recorrió más de 2.300 kilómetros, transitando por el clima más hostil del planeta, donde las temperaturas han superado los 33,4 grados bajo cero.

El grupo ascendió desde los 800 metros de altitud de Patriot Hills hasta los 2.835 metros sobre el nivel del mar. La ruta presentó grietas y otros obstáculos en el sector cercano a los montes Thiel (latitud 85° S), en la transición entre la Antártida Occidental y Oriental, dentro de los cuales está la presencia de pequeñas pero numerosas dunas de nieve a lo largo del trayecto, que alcanzan un metro de alto.

El equipo científico realizó esta travesía en un vehículo especial, adquirido por el Ejército, con el cual es posible cubrir una distancia aproximada de un grado de latitud por día (111 kilómetros), con una detención diaria para dormir, una velocidad promedio de 10 a 15 km/hora, y una jornada de travesía de unas 12 horas diarias, incluyendo detenciones y relevos de conductores.

Durante su travesía, los expedicionarios desarrollaron diversas mediciones científicas, incluyendo el posicionamiento del grupo, mediante el empleo de un aparato GPS, como también la realización de una serie de mediciones cartográficas, por parte de ingenieros politécnicos del Instituto Geográfico Militar, con la finalidad de hacer nuevos mapas de la zona explorada.

Estos trabajos científicos posibilitarán además, estudiar el balance de masa de los glaciares, el espesor y estructura interna del hielo y los cambios sucesivos en la acumulación de nieve. Además, permitirán perfeccionar la cartografía existente, a escalas menores a las actualmente vigentes.

 

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